sábado, 10 de octubre de 2009

Aleluya






Por fin, el sol se asoma
a este otoñal, yerto paraje
que contamina de tristeza y abandono
todo atisbo de vida.


Por fin, sus rayos penetran,
sorteando ilimitados obstáculos,
las feroces sombras urdidas
por los sacerdotes de todos los miedos.


Por fin, mi cuerpo exhausto,
halla un asidero inamovible
en el que anclar la olvidada sonrisa,
el primer paso hacia un horizonte libertador.


Por fin, se restituye al presente,
henchido una vez más de esperanza,
cetro y corona, símbolos de su reinado
sobre todos los tiempos que me habitan.




© Magdalena Albero

2 comentarios:

  1. Por fin las realidades. Esperanza y optimismo en tus palabras, que así sea mi querida amiga.

    Besos

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  2. Gracias, Daniel. Aunque solo sea un paso titubeante, me esforzaré por continuar.

    Besos

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