Cuánto de lo que somos
se lo debemos al tiempo
que, con su simple transcurso,
distancia lo ilusorio de lo cierto.
Cuán peligrosa es la ilusión
levantada a golpe de deseo,
que nos lleva a preterir la realidad
a los artificios de un mero señuelo.
se lo debemos al tiempo
que, con su simple transcurso,
distancia lo ilusorio de lo cierto.
Cuán peligrosa es la ilusión
levantada a golpe de deseo,
que nos lleva a preterir la realidad
a los artificios de un mero señuelo.
© Magdalena Albero 2009
Somos el tiempo, amiga y elegimos que ser viviéndolo y entre esas formas está el de amar ilusiones o sueños al que a veces pretendemos desligar mintiéndonos que es solamente sueño, hasta que llega el momento de despertar y nos damos cuenta que seguimos amando y para peor, amando solos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, Daniel, de acuerdo; lo que dices es una posibilidad. Y realmente,la más dolorosa.
ResponderEliminarPero, hay otras, créeme.
Esas otras en que con el paso del tiempo descubres que el objeto de tu amor era una ilusión; algo creado por ti mismo, a partir de alguien que nada tenía que ver con lo que amabas.
Respeto y comparto el dolor por un amor no correspondido.Pero,muchas veces el amor no correspondido es un amor injustificado (el amante inventa al amado).A eso quería hacer referencia con este poema.
Un afectuoso abrazo.