Una erupción volcánica
se gesta en mi interior;
se gesta en mi interior;
por la luz,
por tu voz,
por la proximidad de tu piel,
la lava me recorre;
alcanza mis ojos
que clavo en los tuyos;
mis manos encendidas,
peregrinando por tu cuerpo,
despiertan al titán,
hasta ahora dormido en ti.
Emerge poderoso,
ante un alud de magma ardiente.
Se crece en su ataque,
y provoca un estallido
de inusual vehemencia,
al acercarse a la cima.
Sin temor a las llamas,
penetra en el cráter.
Después de instantes infinitos
de lucha sin cuartel,
consigue extinguir el fuego,
entregando a cambio su propia vida.
© Magdalena Albero
Curioso, un hecho natural esto de nacer en fuego para vivir y morir luego de hacer el amor.
ResponderEliminarBello poema amiga Magda, la pasión dibujada que no deja espacios libres pero que a la vez invita a imaginar el amor de dos cuerpos.
Un abrazo inmenso.
Nacemos y morimos, en sentido metafórico, en cada acto de amor.
ResponderEliminarUn nacer que nos descubre, nos desarrolla. Un morir que es una catarsis; nos purifica.
Gracias por dejar aquí tu huella, Daniel.
Un abrazo inmenso
Que lindo luchar por amor, amar con toda el alma, con todo lo que llevas por dentro, y pensar y saber que puedes luchar seguro, porque todo amor dado de alguna forma vuelve a nosotros, aun cuando no en el tiempo, el momento que deseamos, siempre hay algo que aprender, y este amor que une, que da vida, que invita a nacer, este amor que nos lleva a experimentar las sensaciones mas sublimes, mas hermosas que un ser humano puede llegar a sentir. Luchar por amor, lucha de amor que nos mantiene vivos.
ResponderEliminarUn placer visiarte.
Besitos y cariños para ti.
Gracias, Jolie.
ResponderEliminarTu presencia y tus líneas son un inmenso placer.
Besitos