viernes, 21 de agosto de 2009

¿Qué amabas de mí?


Cuando mi piel era de melocotón
y mi cuerpo de niña,
me decías que me amabas,
¿Qué amabas de mí?
Cuando mi cuerpo de mujer
exhalaba aromas frondosos
y mi piel era dúctil,
¿Qué amabas de mí?
Cuando encontraste otra piel,
otro cuerpo,
en que enterrar tus deseos
¿Nada te recordaba a mí?
¿Y ahora pretendes que te considere
un alma herida por el amor?
Dime, ¿qué entiendes por amor?
¿La simple atracción de dos cuerpos vivos?
Prefiero el destierro del autismo;
prefiero la soledad, como losa de mi tumba;
antes que ser el objeto efímero,
nunca declarado de tu amor.

© Magdalena Albero


4 comentarios:

  1. Hay muchas aves de esas, amiga, que van calentando diferentes nidos, pero siempre regresan a donde saben que hay un amor bueno que curara sus alas, que bueno que no lo hiciste y que se vaya a volar...

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  2. Gracias, Isa.

    Un inmenso placer encontrarte por aquí.

    Un cariñoso abrazo

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  3. Me encanta tu poema. Es hermosísimo.

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  4. Gracias, Angus.

    Tu blog también me parece hermosísimo. Te leeré con asiduidad.

    Un cordial saludo

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