jueves, 13 de agosto de 2009

Déjame quererte

Déjame quererte

y no digas nada;

inventaré el significado de tu silencio

para soñar que somos una única alma.


Déjame acariciarte,

pero no me respondas;

no quiero que tus manos me revelen

que contestan al reclamo de otra piel.


Déjame besarte, sin que me mires,

que temo descubrir en tus ojos

la nimiedad de lo que tú llamas querer.


Déjame tenerte así:

callado, quieto, ausente,

sin ningún gesto que te delate,

a merced de mi imaginación.


Quizás,

entonces,

también yo llegue a creer

que vivimos un gran amor.

© Magdalena Albero

2 comentarios:

  1. Me encantó esta actualidad de sentimientos (los míos) y tu poesía. Sigo leyéndote y complaciéndome.
    Daniel

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  2. Me complace la coincidencia.

    Un placer recibirte, Daniel

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